domingo, 16 de marzo de 2008

sin titulo




Todo puede disfrutarse, solo tienes que encontrar la manera.

Aseveración fatalista en mi opinión. Como había comentado en algún momento, tengo memoria de mierda. La frase arriba mencionada surgió en una plática con B, yo haciendo referencia a mi nuevo gusto por una melodía a determinado volumen. B no se sorprendió, solo me afirmó que ‘todo se puede disfrutar, solo tienes que encontrar la manera’ .

Pensar en ello parece optimista de primera intención, pero en un plano más ‘subterráneo’ es de temor pensar en la idea de que todo puede disfrutarse, primero me viene a la mente en disfrutar los temores; esa idea no es aterradora, resulta incluso necesaria para el crecimiento. Después pienso en disfrutar de otra manera las cosas que ya son de mi agrado (como pasó con la canción) darle otro enfoque a todo desde otro punto de vista y disfrutarlo. Lo atemorizante de la aseveración es disfrutar condiciones que no deben ser disfrutadas. Expongo varios ejemplos extremistas y ridículos:

1.-Sufrir un accidente automovilístico, politraumatizado, múltiples lesiones que amenazan la vida, traumatismo craneoencefálico, heridas en torax, abdomen, extremidades. Imperativo el tratamiento quirúrgico donde resecan gran parte de tu intestino y amputan 3 de tus extremidades, el resto de la vida será en estado crítico y en ayuno. El estado de consciencia se recupera lo suficiente solo para enterarte que el accidente fue tu culpa y todos tus seres queridos murieron en el accidente. El resto de las personas que conocen te odian o sienten lastima por ti.

No creo que sea un escenario que deba disfrutarse [aunque el enunciado dice ‘puede’ ahora uso la palabra ‘debe’ y tienen significados diferentes] pero supongo que se podría disfrutar pensando que aquello tenía que cumplirse de manera inexorable, no lo sé, algo habrá que pensar / distorsionar / ignorar / etc. para disfrutarlo.

2.-Oh la monotonía de la vida, el otro extremo. Cumplir con un horario sin vacilaciones, sin más aspiraciones que hacer lo mínimo posible el menos tiempo posible. Vivir el mismo día, la misma semana, el mismo mes, el mismo año por el resto de tu vida. El tiempo dosificado en pequeñas porciones que terminan enfadando y sedando. Sin alarmas y sin sorpresas. Con adicción a la monotonía en todas sus formas, sin variables en las expresiones del placer: mismos programas de televisión, mismo horario y forma de satisfacción de deseo sexual, mismos colores. Miedo al cambio, sentirse incomodo con procesos intelectuales diferentes a los operacionales, etc, etc… You can picture it. Disfrutar de tal condición parece más fácil que la primera pero es igual de aterradora. De igual forma el fatalismo estoico hace fácil disfrutarlo.

No hay moraleja en el post, el cuervo le come los ojos al zorro en la fabula, Pedro y el lobo fornican en el cuento. Todo se puede disfrutar si encuentras la manera.

1 comentario:

Memo de León dijo...

Oh sí. Ahora veo a qué te referías con fatalista. Aunque me parece más bien perturbador.