Si separamos mi percepción del tiempo en objetiva y subjetiva, objetivamente no puedo recordar cuando fue que me regalaron la madreña -calzado proveniente de Asturias hecho enteramente de una pieza de madera hecho para proporcionar estabilidad en suelos irregulares y aislar del barro y la humedad del campo-; probablemente cerca de 6 o 7 años atrás, talvez más.
Subjetivamente esta muy claro, primero que nada erróneamente pensé que era un zapato sueco. Como solo recibí uno quería hacer algo decorativo con aquel extraño pedazo de madera, una estuchera, una pieza meramente decorativa, otras ideas surgieron pero la que me pareció mejor fue convertirla (la madreña) en una maceta.
Pasó mas tiempo para encontrar las ganas (objetivamente calculo unos 2 años) para convertirla en maceta y encontré a quien regalarla, sería un buen regalo de cumpleaños pero afortunadamente no sucedió así, quería darle algún tratamiento a la madera para evitar que la humedad resultado de convertirla en maceta no la descompusiera.
Sumemos entonces objetivamente otros años para que durante una conversación casual surgiera el tema y alguien me propusiera regalarme una cera especial para curar madera. Así se realizó y (objetivamente) días después opté por darle una segunda capa ahora con impermeabilizante de casas al interior de la madreña, por aquello de las fugas.
Todo suena como una estúpida y mal realizada idea pero tuvo relativo éxito, la maceta estaba lista, ahora solo faltaba la planta.
Tuvieron que pasar mas años para que me diera la gana de buscar la tierra y plantar semillas, otra vez suena como un estúpido plan y aún así tuve éxito relativo porque aunque germinaron, no crecieron debido a que nunca regaba la planta. Finalmente decidí transplantar una pequeña Beaucarnea recurvata que es una planta de poco riego.
¿Tuvo algún objetivo escribir todo esto? Solo el escribir que me vale madres el paso del tiempo objetivo ejemplificado con la planta en el zapato., el tiempo lo destruye todo, la planta morirá, la madera se pudrirá, destruye todo menos la idea del zapato maceta.
Ahora está en mi baño y así seguirá hasta que algún evento subjetivo cree una tangente existencial
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